Y pensar que le he cogido cariño a este número, y que a veces me gustaría que fuera un cero... ¿aunque claro, el cero también es simétrico no?
Ocho exámenes.
Ocho asginaturas seguramente aprobadas, y una dudosa.
Tiempo libre a partir del día dieciocho.
Ocho historias que acabar.
Ocho nakamas en la mejor tripulación de todas.
Ocho capítulos para acabar el Resonance of Fate.
Ocho canciones en el reproductor que rompen el silencio de estudio.
Ocho minutos para que sean las 12 de la noche.
(...)
Vaya entrada más... curiosa. En fin, creo que las pocas neuronas que habían resistido al agobiante calor han decidido abandonarme por la postrera sombra de mi gran amigo Quevedo.
Por favor, no digas 7... mejor di 8, sí, el 8 es una simetría perfecta...
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