sábado, 25 de junio de 2011

The last hunt

Acabo de terminar la entrada; tras leerla, no sé qué decir. Me ha quedado un copón de larga, además no estoy segura de haber dicho lo que quería decir y como quería. He acabado centrandome en lo que es la ficción y no en el tema, quizá. Es ficción, sí, pero se puede aplicar al mundo real en ciertos aspectos.

Nos sentimos poderosos, superiores a cualquier otro ser (en ocasiones, a otras razas dentro de los propios humanos), actuamos de un modo porque queremos, matamos porque podemos y, guiados por el instinto y la venganza, actuamos por aquello a lo que hemos denominado "justicia". No sé bien qué quiero decir, no tengo criaturas tan magníficas en la realidad para epxlicarlo - proablemente las habríamos extermiando, de todos modos - así que ahí lo dejo.

Supongo que es más fácil lidiar con ello en mi cabeza durante horas que escribirlo.

Básicamente, se podría decir que cada vez tengo más pánico a la naturaleza humana, a mí naturaleza.

(...)

Estos dos últimos días han sido días de acabar, de resolver, de perder, de poner fin a algo. Fue ayer cuando recién entrada la noche me digné a ver el último capítulo de Juego de Tronos - hasta la siguiente temporada, claro está -, o cuando acabé de leer el primer libro de Memorias de Idhún a altas horas de la madrugada. Y sí, podría hablar sobre eso, pero no voy a hacerlo. Hablaré sobre lo épica que me parece la obra de Geroge R.R Martin tanto en papel como en animación, o de las primeras impresiones de ese tiempo corto pero intenso que he vivido en el mundo Idhún, sí, probablemente. Pero no ahora.

Shiki. ¿Evoca algún sentimiento esa palabra? ¿Alguna sensación, estado, pensamiento? Vale. No pasa nada, yo tampoco lo habría entendido hasta hace nada. Es tan sólo otra forma de llamarlos. Veamos, qué tal... ¿vampiros? Sí, supongo que ahora al menos es un término familiar, ¿no?

Todo el mundo tiene una ligera idea de qué o quiénes son, supongo. Seres nocturnos que se alimenan de la energía vital de los humanos, que por lo general se encuentra bajo la forma de la sangre. En un pasado más o menos reciente, estos seres fueron humanos, pero ahora están más allá de eso,
en un estado intermedio: no están vivos, pero tampoco podemos decir que estén muertos. Seres que muerden a sus víctimas para alimentarse, lo que por lo general tiene dos posibles consecuencias: la muerte o la conversión de ese humano en uno de los suyos, en un vampiro.

No soportan los símbolos cristianos, iglesias o amuletos. Rápidos, fuertes e inteligentes, siendo el clavarles una estaca en el corazón o cortarles la cabeza los métodos más habituales - y casi únicos - para acabar con ellos. No pueden entrar a una casa sin ser invitados. Vulnerables a la luz del sol hasta el punto de quemarse vivos. Piel fría como el hielo. Muchos dirían que criaturas sin sentimientos.

Son rasgos característicos que nos vienen a la mente si pensamos en vampíros, a pesar de que su exsitencia (hablo en términos ficticios, no me voy a meter en creencias o no) se ha visto muy modificada, desde el poderoso y magnífico Drácula hasta los algo irreconocibles
vampiros de la famosa saga Crepúsculo.

Y, en cualquier caso, suelen ser a los que hay que eliminar sin pensárselo dos veces. Ya sea en una película, en un libro, en una serie... Es impresionante la facilidad del ser humano para que cualquier criatura distinta a ella, sea lo que sea, sea una abominación de la naturaleza a exterminar.

"No importa que las manos estén manchadas de sangre, si son las manos de un humano",
parecen decir a veces.

Bien, pues como decía, hoy ha sido un día de poner fin a algo, en este caso un anime que encontré por casualidad y que me he ventilado en dos días. Podría decir que ha sido como cualquier otra cosa sobre vampiros, que me ha dejado indiferente. Y estaría mintiendo. Nunca he llegado a entender porqué por lo general, una película o serie de personas en carne y hueso o incluso un libro, no provocan esos sentimientos o reflexiones que me causan algunos animes. Ni en sueños. Quizá esa es una de las cosas que me atrae y me aterra de un anime.

Se que parece estúpido ponerse a pensar en dibujos y seres ficticios - en este caso, vampiros - tan seriamente, pero este es mi blog, asi que escribo lo que me da la gana. El caso es que como tantas otras veces, este anime y sus personajes han traido una reflexión, una enseñanza, un sentimiento, una duda. Porque cada vez tengo menos claro quienes son los "buenos" y quienes los "malos", porque cada vez me cuesta más asimilar el comportamiento humano, porque me temo que cada vez me cuesta más creer que el ser humano es la víctima.

Shikis. Criaturas de la noche que han sido condenados a una existencia vacía, a los que se les ha arrebatado la vida y negado la muerte. Ellos son el depredador y nosotros somos su presa. Sin embargo, dista mucho de ser igual a cuando unos colegas se reúnen para cazar zorros indefensos por el bosque y colgarlos en sus cabañas como trofeos de orgullo. No, eso son acciones simplemente hechas por diversión o por el mero hecho de que "podemos hacerlo". Diría que son "inhumanas", pero es justamente al revés: algo así define a los humanos. No, los shikis matan por necesidad (o al menos aquí, que es donde me centro), por obligación, por instinto de supervivencia. Su existencia sigue una simple regla: o matas o mueres. No se divierten, no compiten, no juegan, no tienen instinto asesino: simplemente, tienen hambre. Un hambre que les corroe por dentro, que les domina, les transforma, les ciega; un hambre que les lleva a matar. Si no se alimentan de sangre humana, mueren. Y sienten miedo, pavor, pánico: sienten como un humano.

Resulta irónico que una criatura que ha matado a tanta gente; niños o ancianos, mujeres u hombres, tema a la muerte, la cual ya había aceptado como su castigo.

Supongo que no es necesario decir que, en cuanto el secreto de su existencia es descubierto, todo el pueblo se lanza a su caza. ¿Es lo que hay que hacer, no? Han atacado, asesinado, perturbado la paz del pueblo: te han arrebatado e incluso (no siempre, pues sólo algunos resucitan) convertido a tus seres queridos en "monstruos" como ellos. Así que merecen la muerte, otra vez.

Y aquí es cuando me siento más perdida que yo que sé. Porque técnicamente los malos son ellos, ¿no? Los vampiros atacan, los humanos mueren (y luego algunos resucitan, vale). Así de simple. Palabras textuales: "Vostros habéis empezado".

Aun así... No sabemos como nacieron los iniciadores de todo y si lo querían
, pero sí sabemos que ahora es distinto: estos shikis no han pedido ser lo que son. Si se mueven por instinto, para sobrevivir, ¿podemos culparlos? No sé la respuesta. No son seres humanos, no "existen" para el resto del mundo, su crimen no es un asesinato tal cual lo conocemos así que no están sometidos a leyes. Y nos tomamos la justicia por nuestra mano. O lo que los humanos fácilmente llaman "justicia". ¿Pero acaso consideramos asesino aquel que mata el ganado que luego nos alimenta? Es una cadena alimenticia, es ley de vida: nos comemos los unos a los otros - animales y humanos -, para sobrevivir. El caso es que queda más feo alimentarte de la sangre de humanos y, sí, por lo general matarlos, que ponerte ciego a carne de cerdo. Supongo que es porque los animales no te llaman por tu nombre ni lloran mientras su vida se apaga.

El caso es que esa justicia se convierte en venganza, y acaba por teñirlo todo de un rojo sádico. Los humanos persiguen a los shikis, los arrastran, los sacan de sus escondites a plena luz del día para ver como se queman, poco a poco. Empiezan asestando golpes directos al corazón, una muerte limpia y rápida. No serán humanos, pero tampoco tienen porque ensañarse... O así piensan al principio, al menos. Y no todos son capaces de actuar con tal sangre fría, porque aun siendo bestias idénticas, no es lo mismo cortarle la cabeza al que mató a tu hija que a ella, a pesar de tener el mismo pecado. Y todo se vuelve un caos. Simplemente, la mayoría acaban desquiziados, y se matan unos a otros. Porque los sikis pueden controlar a sus víctimas y, a pesar de que estas siguen siendo humanas, son un peligro: hay que acabar con su vida.

Los golpes dejan de ser por "justicia" y pasan a ser por "diversión", por "venganza". Les torturas antes de matarlos, juegas con ellos, sonríes al verles sufrir. Y les ves arrastrarse para sobrevivir, gritar, suplicar, llorar, morir. Y empiezas a dudar de quienes son las bestias. Ves como persiguen a una niña, a su amiga, a su vecina, ahora "muerta". Cae en el barro, grita cuando la tirais piedras a la cabeza, cuando la golpeais, cuando su brazo es aplastado por la rueda de un tractor. Ves como grita aterrorizada y como su cabeza es aplastada por otro tractor, oyes el crujido, y las risas de algunos. Y ella sigue moviendose. Y entonces uno de ellos dice: "basta, debemos matarla rápido..." Y te hierve la sangre, aunque sea un segundo, por ellos.

Has visto como uno de esos shikis, recien convertido, se negaba a probar la sangre. Ha renunciado a su vida por la de su amiga, a la que no ha matado. Ha murmurado: "¿Por qué han tenido que traerme a la vida... una vez que ya había muerto?" Y muere, asesinada por los humanos, a sangre fría. Y muere con una sonrisa en los labios.

Has presenciado como uno de los chicos, todavía humano, intentaba salvar a su amigo, un shiki. Como le ofrecía su sangre, para que no tuviese que matar a nadie, hasta que encontrasen una solución, juntos. Le ofrecía huír con él, tener una vida. Y has visto como ese shiki le clavaba los colmillos, mientras lloraba por lo que hacía, guiado por su instinto, su hambre. Lloraba por condenar al que es su mejor amigo, su casi hermano e incluso quizá mucho más que todo eso. Y se te ha congelado el corazón. Y has deseado que sobreviviese, a pesar de haber matado.

Has sentido lástima por los humanos y odio hacia los shikis. Pero también has experimentado justo lo contrario.

¿Puede un shiki controlar su instinto? ¿Mata sólo por necesidad o por diversión? ¿Puede un humano aceptar a alguien diferente a él? ¿No es el ser humano la criatura más peligrosa que existe, arrasando con todo y todos a su paso?

¿Quienes son los depredadores? ¿Y quién es la presa...?




La muerte es terrible para cualquiera. Joven o viejo, bueno o malo, es lo mismo.
La muerte es imparcial. No hay ninguna muerte especialmente terrible.
Es por eso que la muerte es tan temida.
Tus hábitos, tu edad, tu personalidad, tu riqueza, tu belleza... Todo eso no vale nada en frente de la muerte.
Como destruye todo eso, la muerte es terrible.



.

sábado, 18 de junio de 2011

You and me

.
Ay.

Si te digo que no tengo ni idea de qué escribir. Si te digo que no sé cómo empezar esto, ¿me creerías?


No es muy tarde. Son ahora mismo las 22:18 pm. Y pienso, mierda, jikan ga nai! (te tocará preguntar pos su significado si quieres saberlo) Quedan concretamente 1h 37 min - irremediablemente, el tiempo ha pasado mientras escribo - para que acabe este día. Que, por si no te has das dado cuenta - cosa poco probable - viene siendo 18 de junio.

Asi que sobra decir que esta entrada es únicamente por y para ti.

So... let's do this princess!

(...)

Supongo que podría empezar diciendo esa palabra de once letras que estás esperando, sí, pero sería demasiado previsible y común. Además, me gusta hacerte sufrir, aunque sea un poquito.

Veamos, son ya qué, ¿catorce, quince años...? Sí, quince años desde que te conocí. O desde que tú me conociste, o nos conocimos mutuamente. ¡Qué más da! Realmente, son quince años desde que te vi por primera vez, y quince años que llevo conociéndote. Y los que me quedan, espero.

Porque nunca dejarás de sorprenderme. Porque eres única, porque eres especial, porque eres diferente. En definitiva, porque eres . Quizá sea contradictorio pero, a pesar de creer conocerte lo suficiente para poder "describirte" en una palabra, dos quizá, no puedo. No es que no quiera, o que realmente no sepa como eres, lo sé, bastante bien... pero una palabra no sabe cómo eres, y dos tampoco lo hacen. Puede que yo sí, pero ellas no. No hay una palabra que digas: "¡eh, esta es! ¡Así podría referirme a ti si no usase tu nombre!". Tú eres tú, nada más. Suena estúpido, sí, pero así están las cosas. Te aguantas.

He conocido muchas facetas de tí. Facetas distintas, algunas en un extremo y las otras en su opuesto, otras curiosas, algunas quizá extrañas, puede que incluso alguna que no llegase a gustarme (casi puedo verte la cara al leer eso, no te asustes, ¡boba!); todas ellas diferentes. Y todas formando parte de un todo, todas ellas entrelazadas para formar ese "yo" que te representa, que bueno, en este caso, sería más bien en un "", que desde tu punto de vista sería ese "yo", ahora que lo pienso... Olvida ese trabalenguas, tú me entiendes, ¿no? Vaya, ¡que pregunta!, siempre lo has hecho.

Veamoslo de este modo, ¿vale? Cuando supimos de la existencia de la otra, la primera vez, estabamos divididas. Había un yo y había un . Dos palabras. Dos entes. Dos vidas. Dos colores. Y después esos dos colores se juntaron; entonces ya no había azul o morado, sino un... ¿qué color salía cuando juntabas azul y morado? ¡Jopé, eso lo dimos en nuestras clases de dibujo! Bueno, es igual, a lo que iba. Ya no hay más un yo o un tú, ahora hay un nosotras.

De algún modo, dos vidas y una sóla a la vez.

He crecido contigo. He despertado contigo. He comido contigo. He leído contigo. He actuado contigo. He dibujado contigo. He cantado contigo. He nadado contigo. He bailado contigo. He alucinado contigo. He perdido el tiempo contigo. He discutido contigo. He soñado despierta contigo. He viajado contigo. He bromeado contigo. He trabajado contigo. He disfrutado contigo. He pelado contigo. He ganado y perdido contigo. He reído contigo. He llorado contigo. He corrido contigo. He jugado contigo. He dormido contigo. He soñado contigo (Si a estas alturas empiezas a pensar que esto tiene algún significado romántico, ¡vigila esas hormonas!)

Simplemente he VIVIDO contigo, a tu lado.

Miro el reloj, el cual, me devuelve la mirada, más o menos. Son exactamente las 23:21. Me pongo nerviosa, me remuevo y no paro quieta en el sitio. De algún modo siento que, si no consigo terminar esto, habré fallado. Te habré fallado (casi puedo oír el "¡pero que tonta, no digas eso!")

Sinceramente, no sé que más decir. Estoy nerviosa y con la boca seca como una niña pequeña cuando se sube a su primera bici, o como cuando vas a declararte al chico que te gusta, nudo en el estómago incluido. Vaya chorrada, ¿no? Sentirse así, quiero decir. Pocas veces me cuesta tanto que salgan las palabras, ¡es por tu culpa!. Ya puedes empezar a sentirte culpable (risita).

Sabes que - entre muchas otras cosas, y no todas buenas - a veces soy un poco orgullosa. Bastante. Muy mucho, diría yo. Y también sabes, al igual que yo, que no siempre demostramos lo que sentimos. Cada vez me gusta menos hablar de mis cosas o de sentimientos, porque cada vez son más difíciles de explicar, de entender y, en definitiva, de lidiar con ellos. Que, como tú dices, a veces no demostramos o decimos lo que realmente queremos. Que con el tiempo, la distancia física crece, a pasos agigantados, pero no nos distanciamos realmente. Que a penas nos vemos según pasan los años, que cada vez son menos y más rápidas las oportunidades de hablar, de reír, de abrazarnos, de confíar, de ser tú y yo en un mismo tiempo y lugar.

Que puede que nuestro futuro no sea el mismo. Que quizá tu acabes siendo médica y yo escritora. Que quizá tu ayudes a la gente a vivir y yo a soñar. Que quizá tu acabes viajando por todo el mundo y yo en Japón. Lejos, muy lejos la una de la otra.

Pero, a pesar de todo eso, espero que sepas que te quiero. Se queda muy, muy, pero muy corta esa palabra. Tras estos quince años decir que simplemente "te quiero" suena ridículo. Pero no queda otra, así que espero que sepas lo que ese "te quiero", tan simple y vulgar, significa realmente.

Que amo tu sonrisa, tu mirada, tu voz, tus sueños, tu tranquilidad, tus "prontos", necesitarte, tu forma de gritar, de reír, de enfadarte, de pensar, de mentir...

Que me encanta la cara que pones cuando llegas tarde a un sitio, cuando juegas al baloncesto con tu coleta hecha con prisas, cuando me pides consejos o ayuda con tu danza del vientre, cuando sé lo que vas a decir antes que tú misma, cuando con una mirada nos lo decimos todo...

Que te amo.

Que me encantas.

Y que espero, de veras que espero, que nada de eso cambie.

Ni hoy, ni mañana, ni nunca.

(...)

Siento haberte hecho esperar, aquí tienes tu palabra de once letras.

FELICIDADES.

Ojalá pueda seguir a tu lado en tu diecinueve cumpleaños.

Siempre juntas.

Que si tú eres la manecilla de la hora, entonces yo soy la del minuto.
Que si la manecilla de la hora se detiene, también lo hará la de los minuto
s.
Si mostramos el mismo tiempo,
no importa cuantas veces recorramos caminos distitnos.
Nos encontraremos


.

jueves, 16 de junio de 2011

Wassuuuuup!

.
It wasn't a bad day, dude!

Un poquito de lectura por la mañana, pero poquita, que intento que me dure After Dark. Al genio Murakami hay que saborearle, trocito a trocito.

Una comida en el cien montaditos que, entre hambre y risas (en serio, "¿Jasmina?" ¿Era necesario?) habrá que repetir. Quiero decir, ¡todo a un euro! Que rico estaba el queso, coño.

Un par de pelis en casa de un amigo, buen rollo, ¿trotugas?, gritos. He aprendido varias cosas en esas horas. Para empezar, algo que todos nos hemos preguntado al menos una vez en la vida...

"¿Qué hacer cuando
te persigue un zumbado con una motosierra?"

1. No recogas a nadie en la carretera (sobre todo si es en Texas). Acelera, no mirés atrás y, si puedes, retrocede para atropellarla. Dos veces. Sólo por si acaso.

2. Siempre habrá un inmortal en el grupo que, por ende, será el pringado que sufra. Le cortarán una pierna con la motosierra y demás miembros. Le colgarán de un gancho por la espalda y tú, alma de cántaro, intentarás levantarle: pero no podrás, y volverás a ensartarle mínimo dos veces más. Y aún tendrá huevos de quejarse el tío.

3. Gritar. Sí, tú
grita, grita todo lo que quieras, pero nunca corras. Correr está sobrevalorado.

4. Escóndete en una camára frigorífica con trozos de carne colgando. Le tendrás más pavor a las vacas que al zumbado. En general, evita cualquier lugar abierto en el que puedas intentar sobrevivir.

5. Tu novio desaparecerá misteriosamente. Tus amigos tropezarán, repetidas veces. ¿Solución? Ayudales. (En la vida real: consíguete otro novio y nuevos amigos, en serio. Se llama SUPERVIVENCIA)


6. Si tu amigo ha pillado al zumbado, le tiene medio inmovilizado - tras haber tirado la motosierra al suelo - tú no lo dudes. No uses la motosorierra, pégale palmadas en la cabeza.

7. Lo que nos lleva a: NO uses ningún instrumento mortífero que pueda salvarte la vida. Quiero decir, venga, ¿motosierras? ¿cuchillos? ¿placa con pinchos? Gilipolleces.

8. Todo el mundo sabe hacer un puente en un coche, es algo básico, lo enseñan en la guardería. Luego descubes que no son coches, sino tractores. Tractores que pitan. ¿Cómo te quedas?

9. En estas películas, a cada cual más gilipollas.

También he aprendido que las ondas electromagnéticas encogen las moléculas de silicona. Pero eso es un caso a parte, supongo.

Y por último, un paseo por el parque de Arganzuela. No he podido disfrutarlo mucho, pero ha sido como revivir viejos tiempos, en parte. No iba allí desde pequeña, antes que empezarán las malditas obras y lo destrozaran.



He pasado gran parte de mi infancia allí, entre su arena, sus árboles, sus terrazas, sus cuerdas y su barco pirata - que ahí estaba, imponente aunque más pequeño de lo que recordaba - , en el que he vivido tantas aventuras.




Oh, ¡se me olvidaba! Hoy había eclipse lunar. No he tenido la suerte de verlo, probablemente tampoco he hecho mucho esfuerzo por ello pero, a pesar de eso, sé que ha sido precioso, lo cual era bastante obvio. No poder contemplar el cielo en todo su esplendor - por no decir, en ninguno - es una de las razones por las que odio la ciudad.


Gracias Pepe por la prueba gráfica ;)


En definitiva, lo que yo decía.

It wasn't a bad day, dude!

.

martes, 14 de junio de 2011

Temptation

.


The only way to get rid of a temptation is to yield to it.
Resist it, and your soul grows sick with longing for the things it has forbidden to itself, with desire for what its monstrous laws have made monstrous and unlawful.


.

viernes, 3 de junio de 2011

¿Perfección?

.
Según me dispongo a escribir aquí me viene a la cabeza la imagen de troll face "Deberías estar estudiando". Pues sí, razón no le falta, para que engañarnos. Pero si estás leyendo esto, probablemente tu también deberías estar estudiando, así que chitón.

Sinceramente, no tengo ni idea de que escribir. Pero quería poner una canción, y no me gusta nada ponerla sola. Así que: ¡Imaginación, ven a mí!

(...)

No soy perfecta. No importa por dónde lo mires o como quieras pensarlo; no soy perfecta, en absoluto. Y siento decirlo, tú tampoco eres perfecto. Diría que casi perfecto, pero mentiría. Mis ojos ven a través de un filtro distinto al resto del mundo, y te enfocan a ti... Pero no es perfección lo que ven.

Deja que me explique.

Perfección. Esto no es como "casa", "nublado" o, una de mis favoritas, "placer". Si buscas por una definición exacta de esa palabra, no la encuentras. Creo. ¿Probablemente? Yo no la he encontrado más allá de "ausencia total de defectos o errores". ¿Qué entendemos por eso? Porque una piedra, como tal, si presenta las cualidades que nos hacen exclamar "¡Oh, mira eso! ¡Es una pierda!; pues podría ser una piedra perfecta, ¿no? Quiero decir, tiene aquello que buscas normalmente en una piedra, no presenta errores o defectos como piedra, así que podría llegar a decirse que es "perfecta". Tendríamos muchas piedras, perfectas, sí, pero piedras. ¿Servirían de algo? Te puedes hacer un castillo y jugar a los caballeros y princesas, con justas, sexo y traiciones. Bueno, tener un montón de piedras perfectas puede tener sus ventajas, supongo. No voy a meterme en eso.

El caso es que la perfeccíon es algo, sobre todo, muy subjetivo.

De la misma forma que es algo muy subjetivo - a lo que entraré más tarde -, es algo que usamos con una facilidad asombrosa. Demasiada, en realidad. Tenemos tendencia a atribuir esa "perfección" cuando hemos vivido, sentido o hecho algo que pensamos que de ninguna forma habría ido mejor. El primer fallo de eso es que, cómo hubiese ocurrido en otro momento no vivido, no es algo que esté a nuestro alcanze saber. "Toda idea procede ahora de impresiones presentes o pasadas, pues del futuro no hay experiencia" que diría Hume.

Y podéis decirme, cuando hago un examen, lo he bordado, y el profesor me califica con un 10, ¿no es acaso eso perfección?. Sí, bueno, es una forma de verlo. Pero el que hayas sacado un diez no implica perfección. Un 10 implica que has contestado a todo correctamente, usado tus conocimientos, dibujos, datos, lo que sea. Pero podrías haber dado más. El tope numérico es un 10, sí, ¿pero el tope de conocimientos? Dos personas pueden sacar un 10 y que el profesor piense que un examen es mejor que el otro (epa, subjetividad, eso sí). Y me diréis, ¿y si me ponen un 10 con muchas pegatinas de caritas sonrientes...? Pues entonces tendrás un montón de pegatinas amarillas sonrientes que podrás guardar con tu montón de piedras, ¡que sé yo!

La perfección es subjetiva. De alguna forma, esto va muy asociado a los gustos personales, supongo. Yo puedo leer "Tokio Blues" y, entre escalofríos y emociones, decir que ese libro es perfecto. O escuchar una canción que me ponga la piel de gallina, la que sea, y pensar que es perfecta. Puedo ver una pelicula como "Toki wo kakeru shoujo", y entre risas y lágrimas, decir que es sin duda perfecta. Puedo ver a un personaje como Luffy, adorable y atolondrado, y decir que es perfecto (se le estira absolutamente TODO el cuerpo, ¡como no va a ser perfecto!). Y tú me dirás que opinas completamente diferente a mi. Y tendrás la misma razón que yo, no más, no menos: exactamente la misma que pueda tener yo.

Y ahí es donde entras tú, chico.

¿Eres perfecto? No. ¿Eres casi perfecto? No, no lo eres... Ahora bien, ¿eres "perfecto"? Sí, puede que sí.

Podría decir que tu sonrisa es perfecta, que tu risa lo es. Que tus ojos, azules y profundos, son perfectos. Que tu pelo, suave, corto o largo; entre mis dedos, es perfecto. Que tus manos, cuando me enseñas el dedo vendado o cuando me tocas en alguna parte de mi cuerpo, son perfectas. Que tu culo es... ehem, eso, perfecto. Que tus labios, cuando te pasas la lengua por ellos y yo me quedo embobada, son perfectos. Que tu personalidad, tu sosa forma de hablar por cualquier medio informático, la forma en que te estresas con los estudios, tu forma discreta de divertirte, tu amabilidad o preocupación por mi, la forma en que me hablas, que me miras, es perfecta.

Podría decir, que tú, y sólo tú, eres perfecto. Sí, podría hacerlo. Pero no lo hago.

No existe la perfección. Podemos seguir buscándola, como locos necesitados, pero no vamos a encontrarla. Querremos engañarnos con que la hemos encontrado, pero será eso, un engaño de nuestra mente. Y, sin embargo, seguiremos diciendo "esa persona es perfecta para mí".

Y seguiremos buscando, engañando, necesitando, amando.

Tú y yo.

Perfeccción e imperfección.

Todo y nada a la vez.






I don’t want to run away but I can’t take it, I don’t understand
If I’m not made for you then why does my heart tell me that I am
Is there any way that I can stay in your arms?

.