Nos sentimos poderosos, superiores a cualquier otro ser (en ocasiones, a otras razas dentro de los propios humanos), actuamos de un modo porque queremos, matamos porque podemos y, guiados por el instinto y la venganza, actuamos por aquello a lo que hemos denominado "justicia". No sé bien qué quiero decir, no tengo criaturas tan magníficas en la realidad para epxlicarlo - proablemente las habríamos extermiando, de todos modos - así que ahí lo dejo.
Supongo que es más fácil lidiar con ello en mi cabeza durante horas que escribirlo.
Básicamente, se podría decir que cada vez tengo más pánico a la naturaleza humana, a mí naturaleza.
(...)
Estos dos últimos días han sido días de acabar, de resolver, de perder, de poner fin a algo. Fue ayer cuando recién entrada la noche me digné a ver el último capítulo de Juego de Tronos - hasta la siguiente temporada, claro está -, o cuando acabé de leer el primer libro de Memorias de Idhún a altas horas de la madrugada. Y sí, podría hablar sobre eso, pero no voy a hacerlo. Hablaré sobre lo épica que me parece la obra de Geroge R.R Martin tanto en papel como en animación, o de las primeras impresiones de ese tiempo corto pero intenso que he vivido en el mundo Idhún, sí, probablemente. Pero no ahora.
Shiki. ¿Evoca algún sentimiento esa palabra? ¿Alguna sensación, estado, pensamiento? Vale. No pasa nada, yo tampoco lo habría entendido hasta hace nada. Es tan sólo otra forma de llamarlos. Veamos, qué tal... ¿vampiros? Sí, supongo que ahora al menos es un término familiar, ¿no?
Todo el mundo tiene una ligera idea de qué o quiénes son, supongo. Seres nocturnos que se alimenan de la energía vital de los humanos, que por lo general se encuentra bajo la forma de la sangre. En un pasado más o menos reciente, estos seres fueron humanos, pero ahora están más allá de eso, en un estado intermedio: no están vivos, pero tampoco podemos decir que estén muertos. Seres que muerden a sus víctimas para alimentarse, lo que por lo general tiene dos posibles consecuencias: la muerte o la conversión de ese humano en uno de los suyos, en un vampiro.
No soportan los símbolos cristianos, iglesias o amuletos. Rápidos, fuertes e inteligentes, siendo el clavarles una estaca en el corazón o cortarles la cabeza los métodos más habituales - y casi únicos - para acabar con ellos. No pueden entrar a una casa sin ser invitados. Vulnerables a la luz del sol hasta el punto de quemarse vivos. Piel fría como el hielo. Muchos dirían que criaturas sin sentimientos.
Son rasgos característicos que nos vienen a la mente si pensamos en vampíros, a pesar de que su exsitencia (hablo en términos ficticios, no me voy a meter en creencias o no) se ha visto muy modificada, desde el poderoso y magnífico Drácula hasta los algo irreconocibles vampiros de la famosa saga Crepúsculo.
Y, en cualquier caso, suelen ser a los que hay que eliminar sin pensárselo dos veces. Ya sea en una película, en un libro, en una serie... Es impresionante la facilidad del ser humano para que cualquier criatura distinta a ella, sea lo que sea, sea una abominación de la naturaleza a exterminar.
"No importa que las manos estén manchadas de sangre, si son las manos de un humano", parecen decir a veces.
Bien, pues como decía, hoy ha sido un día de poner fin a algo, en este caso un anime que encontré por casualidad y que me he ventilado en dos días. Podría decir que ha sido como cualquier otra cosa sobre vampiros, que me ha dejado indiferente. Y estaría mintiendo. Nunca he llegado a entender porqué por lo general, una película o serie de personas en carne y hueso o incluso un libro, no provocan esos sentimientos o reflexiones que me causan algunos animes. Ni en sueños. Quizá esa es una de las cosas que me atrae y me aterra de un anime.
Se que parece estúpido ponerse a pensar en dibujos y seres ficticios - en este caso, vampiros - tan seriamente, pero este es mi blog, asi que escribo lo que me da la gana. El caso es que como tantas otras veces, este anime y sus personajes han traido una reflexión, una enseñanza, un sentimiento, una duda. Porque cada vez tengo menos claro quienes son los "buenos" y quienes los "malos", porque cada vez me cuesta más asimilar el comportamiento humano, porque me temo que cada vez me cuesta más creer que el ser humano es la víctima.
Shikis. Criaturas de la noche que han sido condenados a una existencia vacía, a los que se les ha arrebatado la vida y negado la muerte. Ellos son el depredador y nosotros somos su presa. Sin embargo, dista mucho de ser igual a cuando unos colegas se reúnen para cazar zorros indefensos por el bosque y colgarlos en sus cabañas como trofeos de orgullo. No, eso son acciones simplemente hechas por diversión o por el mero hecho de que "podemos hacerlo". Diría que son "inhumanas", pero es justamente al revés: algo así define a los humanos. No, los shikis matan por necesidad (o al menos aquí, que es donde me centro), por obligación, por instinto de supervivencia. Su existencia sigue una simple regla: o matas o mueres. No se divierten, no compiten, no juegan, no tienen instinto asesino: simplemente, tienen hambre. Un hambre que les corroe por dentro, que les domina, les transforma, les ciega; un hambre que les lleva a matar. Si no se alimentan de sangre humana, mueren. Y sienten miedo, pavor, pánico: sienten como un humano.
Resulta irónico que una criatura que ha matado a tanta gente; niños o ancianos, mujeres u hombres, tema a la muerte, la cual ya había aceptado como su castigo.
Supongo que no es necesario decir que, en cuanto el secreto de su existencia es descubierto, todo el pueblo se lanza a su caza. ¿Es lo que hay que hacer, no? Han atacado, asesinado, perturbado la paz del pueblo: te han arrebatado e incluso (no siempre, pues sólo algunos resucitan) convertido a tus seres queridos en "monstruos" como ellos. Así que merecen la muerte, otra vez.
Y aquí es cuando me siento más perdida que yo que sé. Porque técnicamente los malos son ellos, ¿no? Los vampiros atacan, los humanos mueren (y luego algunos resucitan, vale). Así de simple. Palabras textuales: "Vostros habéis empezado".
Aun así... No sabemos como nacieron los iniciadores de todo y si lo querían, pero sí sabemos que ahora es distinto: estos shikis no han pedido ser lo que son. Si se mueven por instinto, para sobrevivir, ¿podemos culparlos? No sé la respuesta. No son seres humanos, no "existen" para el resto del mundo, su crimen no es un asesinato tal cual lo conocemos así que no están sometidos a leyes. Y nos tomamos la justicia por nuestra mano. O lo que los humanos fácilmente llaman "justicia". ¿Pero acaso consideramos asesino aquel que mata el ganado que luego nos alimenta? Es una cadena alimenticia, es ley de vida: nos comemos los unos a los otros - animales y humanos -, para sobrevivir. El caso es que queda más feo alimentarte de la sangre de humanos y, sí, por lo general matarlos, que ponerte ciego a carne de cerdo. Supongo que es porque los animales no te llaman por tu nombre ni lloran mientras su vida se apaga.
El caso es que esa justicia se convierte en venganza, y acaba por teñirlo todo de un rojo sádico. Los humanos persiguen a los shikis, los arrastran, los sacan de sus escondites a plena luz del día para ver como se queman, poco a poco. Empiezan asestando golpes directos al corazón, una muerte limpia y rápida. No serán humanos, pero tampoco tienen porque ensañarse... O así piensan al principio, al menos. Y no todos son capaces de actuar con tal sangre fría, porque aun siendo bestias idénticas, no es lo mismo cortarle la cabeza al que mató a tu hija que a ella, a pesar de tener el mismo pecado. Y todo se vuelve un caos. Simplemente, la mayoría acaban desquiziados, y se matan unos a otros. Porque los sikis pueden controlar a sus víctimas y, a pesar de que estas siguen siendo humanas, son un peligro: hay que acabar con su vida.
Los golpes dejan de ser por "justicia" y pasan a ser por "diversión", por "venganza". Les torturas antes de matarlos, juegas con ellos, sonríes al verles sufrir. Y les ves arrastrarse para sobrevivir, gritar, suplicar, llorar, morir. Y empiezas a dudar de quienes son las bestias. Ves como persiguen a una niña, a su amiga, a su vecina, ahora "muerta". Cae en el barro, grita cuando la tirais piedras a la cabeza, cuando la golpeais, cuando su brazo es aplastado por la rueda de un tractor. Ves como grita aterrorizada y como su cabeza es aplastada por otro tractor, oyes el crujido, y las risas de algunos. Y ella sigue moviendose. Y entonces uno de ellos dice: "basta, debemos matarla rápido..." Y te hierve la sangre, aunque sea un segundo, por ellos.
Has visto como uno de esos shikis, recien convertido, se negaba a probar la sangre. Ha renunciado a su vida por la de su amiga, a la que no ha matado. Ha murmurado: "¿Por qué han tenido que traerme a la vida... una vez que ya había muerto?" Y muere, asesinada por los humanos, a sangre fría. Y muere con una sonrisa en los labios.
Has presenciado como uno de los chicos, todavía humano, intentaba salvar a su amigo, un shiki. Como le ofrecía su sangre, para que no tuviese que matar a nadie, hasta que encontrasen una solución, juntos. Le ofrecía huír con él, tener una vida. Y has visto como ese shiki le clavaba los colmillos, mientras lloraba por lo que hacía, guiado por su instinto, su hambre. Lloraba por condenar al que es su mejor amigo, su casi hermano e incluso quizá mucho más que todo eso. Y se te ha congelado el corazón. Y has deseado que sobreviviese, a pesar de haber matado.
Has sentido lástima por los humanos y odio hacia los shikis. Pero también has experimentado justo lo contrario.
¿Puede un shiki controlar su instinto? ¿Mata sólo por necesidad o por diversión? ¿Puede un humano aceptar a alguien diferente a él? ¿No es el ser humano la criatura más peligrosa que existe, arrasando con todo y todos a su paso?
¿Quienes son los depredadores? ¿Y quién es la presa...?
La muerte es terrible para cualquiera. Joven o viejo, bueno o malo, es lo mismo.
La muerte es imparcial. No hay ninguna muerte especialmente terrible.
Es por eso que la muerte es tan temida.
Tus hábitos, tu edad, tu personalidad, tu riqueza, tu belleza... Todo eso no vale nada en frente de la muerte.
Como destruye todo eso, la muerte es terrible.
La muerte es imparcial. No hay ninguna muerte especialmente terrible.
Es por eso que la muerte es tan temida.
Tus hábitos, tu edad, tu personalidad, tu riqueza, tu belleza... Todo eso no vale nada en frente de la muerte.
Como destruye todo eso, la muerte es terrible.
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