lunes, 18 de julio de 2011

Navacerrada

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Vale, esta entrada debería haber sido escrita hace unos días, quizá ahora tocaba algo de mi cumple, ¡lo sé! ¡Bah, qué se yo! No es mi culpa si a veces la pereza se acopla a mi persona sin permiso-ttebayo.

Día 9 de julio. Siendo exactos, abriendo los ojos a las 7:05 de la mañana. Y despertando en casa de una amiga, para puntualizar aún más ¿Por qué? Bueno, en un amplio resumen, digamos que tengo como amigos a dos extrañas criaturas que se preocupan por mí (¡qué locura!) y que se les ocurren sorpresas aleatorias para intentar robarme una sonrisa. Debe quedar poca gente así por el mundo-ttebayo...

En fin, que me levanté demasiado temprano, habiendome acostado demasiado tarde y habiendo dormido tres jodidas horas el día anterior a ese ¡Si no sé ni como no me dormí en la ducha! A veces sigo sorprendiéndome a mí misma. Pero bueno, que sin desayunar ni nada, nos fuimos a encontrarnos con la otra criatura de dos metros largos (juro que es humana), para coger dos trenes y partir hacia nuestro destino. ¡Ah, por cierto! Cabe decir que yo no sabía dónde ibamos, ¡poco más y me ponen un pañuelo en los ojos-ttebayo!

Tres horas de viaje. Hablando, escuchando música, bromeando. En general, tranquilo. Todo lo tranquilo que se puede estar en un tren lleno de niños de no sé qué órden de Jesús, bendiciendo el tren, la comida, gritando, o cantando que "¡Dios está en nosotros!" Juraría que dijeron tambié no sé qué de unos cuervos. Hmpf, ¡si estuviese Itachi aquí ya veríamos si seguíais cantando!

En fin, ¡que gusto bajar de aquel maldito tren-ttebayo! Debían ser las 12:00 de la mañana, calculé al pisar el suelo de fuera. Tanto tiempo viajando, que ni me acordaba ya de que estaba en un lugar desconocido y tardé unos segundos en buscar algún cartel en el que pusiese donde puñetas estábamos. Y acabé por verlo, obviamente. Y sonreí divertida.

¿Navacerrada, eh?

Pues eso, que estas dos criaturas me habían llevado a Navacerrada, sin motivo alguno. Y sé que soy rara y que aunque a veces soy muy expresiva, otras parece que ni me inmuto. Y que soy un cojón de orgullosa, no sé muy bien porqué. Así que aprovecho para daros las gracias ahora, a los dos. Porque quizá no lo pareciese, pero fue algo muy importante para mí. Y que aunque fuese sólo durante medio día, sirvió para mucho. Que me sirvió para despejar mi mente, para enterrar ciertos pensamientos en algún lugar de mi cabeza, para cambiar ciertas sonrisas ya usadas demasiadas veces por una sonrisa real y, sobre todo, para disfrutar de un día de paz y naturaleza con dos personas importantes para mí (y con una avispa, todo hay que decirlo). Y que sirvió también para andar, reír, respirar aire puro, comer un bocata de tortilla y galletas de chocolate... Y para ponerme como un cangrejo y estar ahora mudando de piel como una serpiente. Gracias por avisar de que llevase crema para protegerme del Sol, cabrones (con cariño, ¿eh?).

¡Oh, se me olvidaba!
Y para hacer un montón de fotos-ttebayo!


Senderito, senderito eterno... ¡Estamos en forma, yay!


¡Telesillas, telesillas everywhere!

Vale, creo que desde que vi Shiki tengo complejo de vampiro-ttebayo...

Sip, estaba comiendo galletas de chocolate. Problem calorías?

¡Dos criaturas salvajes aparecieron! Picka, picka (?)

Y ésta es la última... Nada especial, simplemente me gusta.


Y eso es todo-ttebayo!

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